"No es el momento de fulminar a nadie, que ese tiempo ya pasó"..."tienen compromisos familiares y personales que atender"... y eso de que les dejen la liberación al 100%.
Esto es peor que un bazar chino.
Las frases tan humanizantes no pueden sustentarse en el "todo vale". Qué poca clase, qué poco dignificante, que poco de todo. La traducción puede ser que "los despidos fulminantes se han acabado porque nos bajan los votos y nos restan reputación". ¡Menuda imagen de declive hacia el exterior!
Pero la gente tiene memoria y aún se recuerda por Getxo el comunicado de BBB (entonces presidido por Itxaso Atutxa) de apoyo total, a la gestión del concejal jeta este, a su pareja y, de paso, a la alcaldesa (a la que le llaman "La Nietísima"), que parece haber visto el último sondeo electoral sin "cocinar" y que ahora nos sale con estas.
Y es que Amaia Aguirre Muñoa va tarde, muy tarde, y a estas alturas mucho me temo que la intención de las urnas va a ser mandarla a casa, y, desgraciadamente con ella, a la sigla histórica: A EAJ-PNV.
Era aquélla época dónde Itxaso Atutxa quería ser el perejil en todas las salsas e iba por los Batzokis sus criterios e intereses por encima de los criterios de la Militancia. Recuerden las que lio en Gernika (aún sigue Josemari Gorroño de alcalde), en Mundaka (con las famosas grabaciones en plan "Villarejo" o en plan "Koldo", en Santurtzi, o en el mismo Getxo. Así, mucho nos tememos que por allí aún sigue latente la disputa que hubo por la Candidatura a la Alcaldía entre Amaia Aguirre y Elena Coria (afiliada en la O.M. de Ondarreta, como Uriarte y su pareja).
Y todo esto conlleva a que la bomba de relojería haya acabado por explotar. Se venía venir y hasta se sabía que iba a ser a la vuelta de las vacaciones estivales: Derribo del palacete, multas impagadas y ruptura total entre la alcaldesa y su número dos.
El 18 de agosto, en una reunión discreta con representantes de diferentes Juntas Municipales, la alcaldesa de Getxo, Amaia Aguirre, soltó la carga de profundidad: Pidió al Bizkai Buru Batzar (acostumbrado a inmiscuirse en decisiones que, creemos, deberían adoptarse en el seno de las Asambleas Municipales) la salida de Inaxio Uriarte, actual número dos del consistorio getxotarra. Le acusó de erosionar la gestión municipal, de ocultarle información sensible y de desgastar al Equipo de Gobierno hasta el límite. Nos consta que el mensaje no fue para nada negociador sino tajante: “o él o el proyecto se resquebraja”.
La ironía es que Getxo, paradigma de estabilidad institucional para el PNV bizkaino, se encuentra atrapado en una novela interna de traiciones, derribos y facturas perdidas. Y en el centro, una alcaldesa que ya no disimula la ruptura total con su segundo y que reconoce en público que era la última en enterarse de todo. Conste que comprendemos el hartazgo de alguien al que no le permitieron construir su propio equipo pero, desde nuestro punto de vista (quizá por aquello de "no perjudicar al Partido") tendría que haber reaccionado hace mucho tiempo y no ahora entre tanto ruido mediático.
El caso se convirtió en la metáfora perfecta de la grieta interna: Un edificio histórico reducido a escombros y, al mismo tiempo, un Gobierno municipal resquebrajado. A esto se suman los millones perdidos en impagos de multas e impuestos que Aguirre atribuye a un control interno deficiente bajo responsabilidad de las áreas de Uriarte. Semejante inventario de reproches nos dibuja una acusación en toda regla.
Y es que la crisis ya no se limita a la relación personal entre Amaia Aguirre e Inaxio Uriarte ya que el verdadero campo de batalla será el propio Partido: ¿Respaldarán las Asambleas y sus Juntas Municipales de Getxo así como el BBB a la alcaldesa, o protegerá al veterano número dos? La respuesta marcará el equilibrio del PNV en Getxo, plaza clave en Bizkaia, y podría reconfigurar alianzas y liderazgos en toda la zona.
Muchas veces, pecar de buenos nos convierte en tontos, Bienintencionados pero tontos. Y, como hemos apuntado, Amaia (y lo que es más grave, EAJ-PNV) van a salir trasquilados. Convengamos en que toda una alcaldesa de la tercera localidad con más habitantes de Bizkaia, no puede andar diciendo por la vida (y menos a estas alturas de Legislatura) que no se enteraba de nada, o que era la última en hacerlo.
Y ahora, si quieren, abrimos el -en estos casos- famoso debate sobre "por acción u omisión".