Ya tenemos los resultados:
ahora
faltan las elecciones
“Hoy las asambleas están llenas de cargos públicos
que deben su sueldo a los que dirigen el cotarro y, ante ello, no hay que
preguntar nada, no hay que opinar sobre nada, no hay que debatir sobre
nada”
Salvo este medio, el periodismo que padecemos no se
ha dado cuenta -o no han querido darse cuenta- de que la frase que utilizo
como titular es el mejor resumen de lo que está pasando en el PNV. Todo un
montaje, pero disfrazado de democracia orgánica.Este año 2024 ha sido el de evidenciar que el
PNV de Andoni Ortuzar hace aguas por todas partes, fundamentalmente
por una dirección prolongada en el tiempo, amiguista, nepótica, endogámica
y con una manifiesta fatiga de materiales. Y ese dato no es mío: es el que
han vertido los resultados electorales. De ahí que la noche electoral de
los comicios europeos, con cara de circunstancias, el presidente del EBB
dijo que habían tomado nota y que se imponía una reflexión a hacer, en
este orden, sobre “proyecto, organización y personas”. Y la gente se lo
creyó. Venía, pues, la regeneración 'jelkide' como en su día fue la
asamblea de Zestoa, tras la escisión, o el llamado “espíritu del
Arriaga”.
Esa formulación se repitió en la
asamblea nacional de análisis del mes de junio, el día de la fundación del PNV
(San Inazio, 31 de julio), en la siguiente asamblea de septiembre, en el inicio
del curso político de agosto en el malecón de Zarautz, … Hasta que un 24
de septiembre, dos veteranos con buena intención, Zeler y Patxi [Agirre] fueron
recibidos en el despacho del presidente del EBB en Sabin Etxea por Andoni
Ortuzar y por su inseparable escudero, Joseba Aurrekoetxea, que siempre actúa
de comisario.
En esa reunión y habida cuenta
que Zeler (Juan Mari Juaristi) y Agirre se habían creído las promesas de
Ortuzar, terrible ingenuidad, les entregaron un trabajo en el que abordaban
tres aspectos fundamentales de la organización que hacían aguas. Aportaban
su experiencia desde el altruismo de gentes que no quieren nada pero que, como
muchas otras, están preocupadas por la deriva de un partido que no lo queremos
como segundón de EH Bildu.
En primer lugar, abordaron que
uno de los actuales talones de Aquiles son las sucesivas reelecciones,
habiéndose convertido lo excepcional contemplado en lo habitual y permitiendo
que Ortuzar, con tres mandatos, siga jugando en la actualidad con la idea de
que puede ser reelegido 'in aeternum', cuando no es verdad. Para ello han de
levantarle la incompatibilidad y cada vez lo tiene peor habida cuenta de sus
prácticas ejercidas haciendo uso impunemente de un indisimulado
nepotismo.
El segundo tema abordaba las
incompatibilidades. Hoy las asambleas están llenas de cargos públicos que deben
su sueldo a los que dirigen el cotarro y, ante ello, no hay que preguntar nada,
no hay que opinar sobre nada, no hay que debatir sobre nada. Resultado: un
partido muerto en su debate. Y, en tercer lugar, se planteaba el modo de
elección. Todo se hace con un oscurantismo muy eficaz que paraliza a quien
tiene la mínima ambición pues no es de buen gusto proponerse para nada, que
para ello están las cúpulas iluminadas que piensan por toda la
militancia.
El texto alertó a la pareja que
manda en el PNV. ¿Qué es eso de que se evite la reelección y que no se
pueda poner el contador a cero? ¿Qué es eso de que yo no pueda nombrar a
mi pareja para un cargo? ¿Qué es eso de que yo no pueda nombrar a mi primo para
otro? ¿Qué es eso de que yo no pueda nombrar a mi marido por allá? ¡Hasta aquí
podríamos llegar!.
Resultado: en el Alderdi Eguna
del pasado 29 de septiembre, con una botella de agua mineral en la mano,
Ortuzar leyó su discurso de siempre e introdujo un cambio que este periodismo
que padecemos ni olió. Cambió el orden. De “proyecto, organización y personas”
pasó a “personas, organización y proyecto”. Es decir, todo el proceso
subsiguiente sería monotorizado desde unas cúpulas endogámicas elegidas a
la vieja usanza con las listas que desde Sabin Etxea se envían. Seguimos
en las mismas. Hasta el punto de que esta semana, y desde 'Deia', nos han dicho
que ya no hace falta votar nada pues Iñigo Ansola será el presidente del BBB.
Jone Berriozabal será la presidenta del ABB y quizás María Eugenia Arrizabalaga
podría ser presidenta del GBB. Y aquí paz y luego gloria.
Lógicamente, desde esas
ejecutivas, haciendo abuso de posición dominante, se controla no sólo el
proceso de elección sino el de los futuros cambios en sus
ponencias ejecutivas y, sobre todo, se tutela el proceso de elección del
presidente del EBB. De ahí que el título de este trabajo: “Ya tenemos los
resultados: ahora faltan las elecciones”. Resume como nada toda esta
maniobra que nada tiene que ver ni con la regeneración ni con la
democracia.
Y un dato final. Joseba Egibar
pasa por el abertzale del PNV. Frustrado tras su pérdida ante Josu Jon Imaz,
lleva 38 años en el machito haciendo y deshaciendo lo que ocurre en Gipuzkoa
como si fuera un rey de Taifa. Es su territorio y se hace lo que dice. La
última ha sido en Eibar: el PNV de la localidad armera no quería pactar con los
socialistas porque les condenaría a ser el partido segundón y tampoco estaban
de acuerdo en nada de la gestión de un PSE-EE con muchos vicios y plagada de
mala praxis. Pues bien, Egibar, pasándose por el arco del triunfo los estatutos
que dicen que las organizaciones municipales son soberanas en su ámbito, ha
pactado, por encima del portavoz del PNV en el Ayuntamiento, Josu Mendikute, su
acuerdo con los socialistas. Lógicamente, Mendikute ha dimitido. También otra
edil. A la mierda con la autonomía municipal. La democracia es lo que yo digo y
soy muy abertzale pero pacto con los socialistas.
En Bizkaia pasó algo parecido con
la imposición de Itxaso Atutxa de todos los concejales de Bilbao, en Mundaka
con su candidato que se pasó al grupo mixto, en Gernika con el magnífico
acuerdo con Josemari Gorroño, en Plentzia, en Getxo, … Y con dos “pérdidas”
electorales consecutivas de sus “señalados” para presidir la junta directiva
del Athletic Club de Bilbao. Esperemos que no haya una tercera vez y no
insistan en meter las narices en algo que les queda muy grande.
Ejemplos claros de una gestión
vertical, desastrosa, autoritaria, impositiva, que hace aguas por todas partes.
Y seguirá haciendo aguas con los designados 'a dedo' por la cúpula actual del
PNV que se llevó una desagradable sorpresa cuando el 24 de septiembre una
pareja de ingenuos veteranos les pidió que había que cambiarlo todo y que ellos
deberían irse a casa. Pues parece que no va a ser posible, ya que tenemos
los resultados antes de las elecciones, que solo serán un trámite.
Así que pongo en 'on' el 'modo
Pinocho':
- Andoni Ortuzar defiende los valores del PNV de toda
la vida: la familia, la solidaridad, el respeto al alderdikide y la vida
interna del partido. Ha sido con diferencia el mejor presidente del EBB de
la historia del partido. Quien les diga lo contrario, de entrada, es un
resentido.
- Joseba Aurrekoetxea es burukide de un partido
interclasista, con empresarios y trabajadores en sus filas. Antepone los
intereses de los débiles frente a las prebendas de los ricos. Es más de
ELA que de Confebask. Se acuerda más del ciudadano que va a llenar el
depósito del coche, que de los intereses de Petronor.
- Joseba Egibar es un burukide formado en las mejores
universidades del país, especialista en dinámica de grupos y en
integración de colectivos diversos, todo en aras a la consecución de un
bien mayor: La independencia de Euzkadi previo paso por el pacto con el
PSOE en Eibar. No nos anticipemos: habrá que darle algo más de tiempo para
que lleve a buen puerto su proyecto vital y político.
- Xabier Barandiarán es catedrático de la Universidad
de Deusto y doctor 'honoris causa' por varias universidades
internacionales, entre las que destaca la de Camberra, en Australia. El de
Ataun conjuga con habilidad lo público con lo privado y es especialista en
ubicuidad y en dedicación intensiva al trabajo que realiza en sus tareas
docentes e investigadoras.
- María Eugenia Arrizabalaga tiene una asombrosa y
llamativa capacidad de empatía con sus interlocutores. Genera confianza en
los ámbitos parlamentarios en los que ha representado al PNV, logrando
relevantes acuerdos con sus socios para consolidar el imparable proceso
hacia la independencia de Euzkadi.
- Aitor Esteban es la fiel personificación de la
humildad ilustrada, siempre dispuesto a aprender desde firmes convicciones
foralistas bizkaitarras. Catedrático de la Universidad de Deusto, dejó
pequeño al profesor Xabier Arzalluz Antía.
- Itxaso Atutxa, pareja del anterior, ha dicho que
deja la política y que se va a no se sabe dónde (tiembla, Andoni Aldekoa).
Ha sido una gran burukide que no ha metido la pata en nada, ni negociando
con el alcalde de Gernika, ni en Mundaka, ni en Getxo. No le gusta
interferir en la autonomía soberana de las organizaciones municipales, ni
en esas materias que tanto controla como lo puede ser en el voto de
quienes disponen del carné del PNV así como el del Athletic Club. Salta la
vista el rotundo éxito en sus dos últimas intentonas, en especial, en la
última intromisión, donde demostró mando en plaza e indiscutible
liderazgo, como perfectamente podría corroborar Ricardo Barkala.
- José Antonio Suso es el capo de la finca 'jelkide'.
En dura disputa con sus compadres gipuzcoanos y vizcaínos, defiende los
vinos riojanos o la patata alavesa, en detrimento del txakolí, de la
anchoa o del bonito. Lo suyo es la asesoría externalizada por lo que
resulta un elemento del todo imprescindible en el grupo parlamentario
nacionalista vasco de Gasteiz.
- Mireia Zarate concita la unanimidad en el apoyo de
las bases de los 'batzokis' para su reelección como burukide. Su trabajo
en la secretaría del EBB ha estructurado y consolidado la organización
interna del partido y su labor como presidenta de la Fundación Sabino
Arana ha sido decisiva para la formación de los militantes.