En los últimos años, en el ámbito de la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV) donde el poder judicial del Estado presta sus servicios y donde precisamente existe una cooficialidad lingüística constitucional, la justicia española se ha dedicado, con apoyatura exclusiva en la igualdad general ante la Ley, a construir dos premisas que no superan el test de protección de las minorías lingüísticas estatales y europeas y vacían de contenido a la cooficialidad lingüística del bloque de constitucionalidad. La última sentencia es la que anula el porcentaje de preceptividad del euskera en la OPE de 77 plazas de administrativo de la Diputación Foral de Bizkaia (DFB).
La primera premisa de la citada sentencia consiste en que existe una minoría monolingüe castellanohablante discriminada en la CAPV y digna de especial protección. Y la segunda, como consecuencia de la anterior, que la discriminación positiva de las políticas lingüísticas en el sector público vasco para eliminar la existente asimetría sociolingüística y avanzar hacia una cooficialidad real y efectiva de su lengua minoritaria, el euskera, es una discriminación prohibida, precisamente por discriminar a esa minoría monolingüe castellanohablante.
Analicemos ambas premisas judiciales para ver cómo no soportan el mínimo contraste frente al bloque de constitucionalidad ni frente a los instrumentos jurídicos europeos e internacionales relativos a las minorías nacionales y a las lenguas europeas minoritarias, además de evidenciar las debilidades internas del fallo en torno a la protección de los derechos fundamentales.
Por un lado, la sentencia en absoluto razona ni prueba que la comunidad monolingüe castellanohablante en la CAPV sea un colectivo que en el acontecer histórico haya sido objeto de una discriminación sistemática por razón de la lengua por parte de la comunidad bilingüe de la CAPV o de las instituciones vascas, y que por esa razón sea merecedora de la especial protección contenida en la segunda parte del artículo 14 de la Constitución (en adelante, art. 14 CE), que contiene una prohibición de discriminación por razón de determinados rasgos sospechosos.
Para entender la magnitud del despropósito jurídico relativo a la protección de la minoría monolingüe castellanohablante en la CAPV, es esencial poner en evidencia que, conceptualmente, las únicas minorías lingüísticas admisibles y objeto de especial protección son las existentes en el Estado, no en las CCAA, como arbitrariamente ha construido y proyecta la Sala de instancia a través de la sentencia. Ergo, de existir alguna minoría lingüística nacional digna de especial protección serían las detectadas en el marco geográfico del Estado, entre otras la euskaldun, y no la comunidad monolingüe castellanohablante en la CAPV, que en el marco del Estado es aplastantemente hegemónica (Dictamen del Comité de Derechos Humanos de la ONU, en el caso John Ballantyne y otros v. Canadá, Comunicación No. 385/1989, U.N. Doc. CCPR/C/47/D/385/1989 (1993). Invertir el marco geográfico para detectar minorías lingüísticas nacionales, pasando del marco del Estado al de las CCAA, es tanto como elevar a las CCAA a la condición de Estados, pervirtiendo la lógica interna de los conceptos de minorías nacionales y lenguas minoritarias recogidos en el Convenio marco para la protección de las minorías nacionales y en la Carta Europea de las lenguas minoritarias o regionales. Esto es denunciable por contener un propósito perverso, ya que invierte el orden internacional de las minorías lingüísticas nacionales, que sí que son dignas de especial protección frente a
cualquier acto discriminatorio, sobre todo si vienen del poder público dimanante del mismo Estado obligado por el Convenio y por la Carta.
Por otro lado, desde el análisis de las fuentes del Derecho tampoco se alcanza a entender cómo, a golpe de principios, concretamente el de proporcionalidad, la sentencia se dedica a derrotar las reglas contenidas y derivadas del bloque de constitucionalidad, de donde precisamente nace la cooficialidad lingüística, así como las normas contenidas en los citados instrumentos europeos e internacionales. Las normas solo pueden ser desplazadas por otras normas de igual o superior jerarquía y los principios se aplican, entre otras cosas, para ponderar derechos de igual rango contrapuestos. En el presente caso, más allá del imaginario de la Sala, no existe semejante conflicto, ya que las únicas lenguas minoritarias y minorías nacionales objeto de especial protección es la comunidad bilingüe vascohablante, la euskaldun, que puede desenvolverse en ambos idiomas cumpliendo, dicho sea de paso, con la cooficialidad constitucional y estatutaria.
Mas allá de que no existe conflicto entre derechos del mismo rango, por no existir jurídicamente una minoría monolingüe castellanohablante digna de especial protección o trato jurídico diferente, hay que decir que, desde el prisma de las técnicas de protección de los derechos fundamentales, concretamente, del derecho a la igualdad supuestamente vulnerado, la sentencia es el paradigma del desconocimiento de las mismas por no aplicar correctamente ni el test de razonabilidad exigible por el derecho de igualdad general ante la Ley (primera parte del art. 14 CE), ni el test de proporcionalidad exigible por la prohibición de discriminación por razón de determinados rasgos prohibidos (segunda parte del art. 14 CE).
En efecto, no se advierte en toda la sentencia intento de subsunción alguno de las políticas lingüísticas de la DFB anuladas ni en la primera ni en la segunda parte del artículo 14 de la CE, por lo que tampoco requiere en su razonamiento de una correcta verificación y aplicación de estas a través de los citados test.
El dislate jurídico alcanza su mayor punto de ebullición cuando se advierte que tampoco parece tener nada claro que no todo trato jurídico diferente tenga inexorablemente como resultado una política discriminatoria prohibida, probablemente porque la Sala de instancia ha decidido inaplicar como estándares normativos principales para razonar la legitimidad y razonabilidad de las medidas tanto el bloque de constitucionalidad del cual se deriva la cooficialidad (Disposición Adicional primera de la CE, el art. 6 del EAPV, y demás normativa autonómica derivada y que desarrolla la cooficialidad), como el marco europeo e internacional del cual nacen los conceptos de minorías nacionales y de lenguas europeas minoritarias.
Con todo este bagaje a través del cual se puede justificar la legitimidad, razonabilidad, necesariedad, adecuación y proporcionalidad de las medidas generales ahora anuladas por la sentencia, las personas ahora firmantes no alcanzamos a ver un ápice de ilegalidad en que las instituciones vascas, después de casi 50 años de cooficialidad, decidan establecer medidas legitimas, necesarias y eficaces para avanzar hacia la cooficialidad real y efectiva entre ambas lenguas y para la protección especial del euskera como lengua minoritaria en el Estado y en Europa. Es un disparate jurídico reprochar a las instituciones vascas discriminación por razón de la lengua cuando, precisamente, su obligación jurídica es dar virtualidad jurídica a la cooficialidad en los servicios públicos y dispensar diferente trato jurídico al euskera por su condición de lengua minoritaria en el Estado y en Europa. ¿Desde cuándo cumplir una obligación jurídica es constitutivo de una conducta discriminatoria?
Lo que no es legítimo, ni proporcional, ni necesario, ni adecuado, ni razonable es que, tras casi medio siglo de igualdad jurídica entre ambas lenguas, la ciudadanía vasca tenga inevitablemente que soportar a un funcionariado incapaz de prestar servicios en ambas lenguas oficiales, a un monolingüismo que es la antítesis de la obligada eficiencia del gasto en los servicios públicos vascos; y para colmo de males, que existan decisiones judiciales que naturalizan semejante estado de la cuestión, anulando preceptividades que impiden que los servicios públicos vascos sean la expresión de la cooficialidad real e instrumentos al servicio de esa especial protección que sí disponen las lenguas oficialmente minoritarias existentes en el Estado.
Hay base jurídica para defender las concretas políticas lingüísticas actuales en la CAPV anuladas por sentencia. Pero si, por aquello del monolingüismo mental reinante en el poder judicial del Estado, no fuera suficiente defender la cooficialidad y la protección especial de las minorías y de las lenguas minoritarias existentes en el Estado por la vía judicial, pues, señorías del poder legislativo autonómico vasco, en tanto que garantes de una cooficialidad fruto de un largo y complejo proceso de reivindicación y consolidación histórica, así como garantes del Euskera como lengua de este pueblo objeto de especial protección en tanto que lengua minoritaria, tendrán que apostar por cambiar de paradigma normativo para dotar de mayor y mejor protección legal al idioma de esta pequeña pero gran nación.
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Azken urteotan, Euskal Autonomia Erkidegoan (EAE), non Estatuko botere judizialak bere zerbitzuak ematen dituen eta, hain zuzen ere, hizkuntza-koofizialtasun konstituzionala dagoen, Espainiako justiziak bi premisa eraiki ditu, legearekiko berdintasun orokorrean oinarrituta bakar-bakarrik. Premisa horiek Estatuko eta Europako hizkuntza-gutxiengoen babes-testa ez gainditzeaz haratago, edukirik gabe utzi dute konstituzionaltasun-blokearen hizkuntza-koofizialtasuna. Azken epaiak euskararen derrigortasun-ehunekoa baliogabetu du, Bizkaiko Foru Aldundiko (BFA) 77 administrari lanpostuko EPEn.
Epai horren lehenengo premisa da EAEn gutxiengo elebakar erdaldun diskriminatua dagoela eta babes berezia merezi duela. Eta bigarrena, aurrekoaren ondorioz, eta asimetria soziolinguistikoari lepoa emanik, euskararen -hizkuntza gutxituaren- benetako koofizialtasun eraginkorrerantz aurrera egiteko euskal sektore publikoak ezarritako hizkuntza-politiken diskriminazio positiboa debekatutako diskriminazioa dela, hain zuzen ere gutxiengo elebakar erdaldun hori diskriminatzeagatik.
Azter ditzagun bi premisa judizialak, ikusteko ez dutela gainditzen gutxieneko kontrastea, ez konstituzionaltasun-blokeari begira, ezta gutxiengo nazionalen eta Europako hizkuntza gutxituen Europa zein nazioarteko tresna juridikoei dagokienez ere. Gainera, agerian utziko ditugu epaiaren barne-ahuleziak, oinarrizko eskubideak babestearen inguruan.
Alde batetik, epaiak ez du inolako arrazoi ez frogarik aipatzen, EAEko komunitate elebakar erdaldunak Konstituzioaren 14 artikuluaren bigarren zatiko babes berezia merezi duela bidezkotzeko, alegia, zenbait ezaugarri susmagarritan oinarritutako diskriminazioa debekatzen duen zatiko babesa, historian barrena komunitate elebidunaren edo euskal erakundeen diskriminazio sistematikoa jasateagatik.
EAEko gutxiengo elebakar erdaldunaren babesari buruzko zentzugabekeria juridiko horren norainokoa ulertzeko, ezinbestekoa da hauxe azpimarratzea: babes berezia duten gutxiengo onargarri bakarrak Estatuan daudenak dira, ez AAEEetan, instantziako Salak epaiaren bidez bere erara eta modu arbitrario batean proiektatu nahi izan duen bezala. Ergo, babes berezia merezi duen nazio hizkuntza-gutxiengorik izatekotan, Estatuaren esparru geografikoan aurki daitezkeenak izango lirateke, euskalduna, besteak beste, eta ez EAEko komunitate elebakar erdalduna, Estatuaren esparruan zeharo hegemonikoa dena, ezbairik gabe (NBEko Giza Eskubideen Batzordearen Irizpena, John Ballantyne eta beste batzuk v. Kanadaren kasuan, 385/1989 Komunikazioa, U.N. Doc. CCPR/C/47/D/385/1989 (1993). Nazio hizkuntza-gutxiengoak hautemateko esparru geografikoa alderanztea, Estatuaren esparrutik autonomia-erkidegoen esparrura igaroz, autonomia-erkidegoei Estatu izaera aintzatestea litzateke, gutxiengo nazioanalak babesteko Hitzarmen markoan eta hizkuntza gutxituen edo eskualdeetako hizkuntzen Europako Gutunean jasotako “gutxiengo nazional” eta “hizkuntza gutxitu”en kontzeptuak galbideratuz. Eta hori salatzeko modukoa da, helburu gaiztoa erdiesteagatik; izan ere, nazio hizkuntza-gutxituen nazioarteko ordena alderanzten da, eta gutxiengo horiek bai merezi dutela babes berezia diskriminazio-egintza ororen aurrean, batez ere Hitzarmenak eta Gutunak behartutako Estatuko botere publikotik badatoz.
Beste alde batetik, Zuzenbidearen iturriei buruzko azterketatik abiatuta ere, ezin uler daiteke nola printzipioak erabiliz, proportzionaltasun-printzipioa hain zuzen, epaiak behin eta berriro urratzen dituen konstituzionaltasun-bloketik eratorritako arauak, hizkuntza-koofizialtasuna eta Europako zein nazioarteko tresnetan jasotako arauak bloke horrexetatik datozenean. Araua bakarrik bazter daiteke hierarkia bereko edo goragoko beste arau baten ondorioz, eta printzipioak aplikatzen dira, besteak beste, maila bereko eskubide kontrajarriak neurtzeko. Kasu honetan ez dago horrelako gatazkarik Salaren iritzietatik haratago, bereziki babestu beharreko hizkuntza gutxitu eta gutxiengo nazional bakarra komunitate elebidun euskalduna delako, bide batez esanda, bi hizkuntzetan molda daitekeena, koofizialtasun konstituzionala eta estatutarioa, bi-biak, beteta.
Horrenbestez, ez dago maila bereko eskubideen arteko gatazkarik, juridikoki ez dagoelako babes berezia edo tratu juridiko desberdina merezi duen gutxiengo elebakar erdaldun bat. Baina horrez gain, oinarrizko eskubideak babesteko tekniken ikuspegitik, zehatzago esanda, ustez urratutako berdintasun-eskubidearen ikuspegitik, esan behar da, teknika horiek ez ezagutzearen paradigma dela epaia, ez dituelako behar bezala aplikatzen ez Legearekiko berdintasun orokorraren eskubideak eska dezakeen arrazoizkotasun-testa (EK 14. art.ren lehenengo zatia), ezta zenbait ezaugarri susmagarritan oinarritutako diskriminazioaren debekuak eskatutako proportzionaltasun-testa ere (EK 14. art.ren bigarren zatia).
Izan ere, epaiak ahaleginik ere ez du egin BFAren hizkuntza-politika baliogabetuak EKren 14. artikuluko lehenengo ez bigarren zatian sartzeko, eta horrexegatik, arrazoinamenduan ez du zertan aztertu behar politika horiek modu egokian egiaztatu eta aplikatzen direla, test horien bidez.
Astakeria juridikoak bere irakite-punturik handiena lortzen du ohartarazten denean ez dela ondo ulertu tratu juridiko desberdin orok ez dakarrela, ezinbestean, debekatutako diskriminazio-politika, ziurrenik instantziako Salak erabaki duelako neurrien legitimitatea eta arrazoizkotasuna bidezkotzeko araugintza-estandar moduan ez aplikatzea koofizialtasuna eratortzen duen konstituzionaltasun-blokea (EKren lehen xedapen gehigarria, EAEEren 6. artikulua, eta koofizialtasuna garatzen duten gainerako arau autonomikoak), ezta gutxiengo nazionalen eta Europako hizkuntza gutxituen kontzeptuak ezartzen dituzten Europako eta nazioarteko esparruak ere.
Argudio horiek guztiek bidezkotzen dute orain epaiak deuseztatu dituen neurri orokorren legitimitatea, arrazoizkotasuna, beharrezkotasuna, egokitasuna eta proportzionaltasuna. Horrexegatik, behean sinatzen dugunok ez dugu uste legearen kontrakoa denik euskal erakundeek, ia 50 urteko koofizialtasunaren ondoren, neurri legitimoak, beharrezkoak eta eraginkorrak ezartzea, hala bi hizkuntzen arteko benetako koofizialtasun eraginkorrerantz aurrera egiteko, nola Estatuan eta Europan euskara hizkuntza gutxitu gisa bereziki babesteko. Zentzugabekeria juridikoa da EAEko erakundeei hizkuntzagatiko diskriminazioa aurpegiratzea, hain zuzen ere haien betebehar juridikoa denean, batetik, zerbitzu publikoetan koofizialtasunari birtualtasun juridikoa ematea, eta bestetik, euskarari tratu juridiko desberdina ematea, Estatuan zein Europan hizkuntza gutxitua izateagatik. Noiztik da diskriminatzailea betebehar juridiko bat betetzea?
Kontrara, bi hizkuntzen arteko ia mende erdiko berdintasun juridikoaren ondoren, ez da legitimoa, ez proportzionala, ez beharrezkoa, ez egokia, ez arrazoizkoa, euskal herritarrek ezinbestean jasan behar izatea bi hizkuntza ofizialetan zerbitzuak emateko gai ez den funtzionarioa, edota euskal zerbitzu publikoetan izan beharreko gastu-eraginkortasunaren antitesia den elebakartasuna; eta, are gehiago, egoera hori naturalizatzen duten erabaki judizialak egotea, ondoko helburuak oztopatuz: lehenik, euskal zerbitzu publikoak benetako koofizialtasunaren adierazpena izatea; hurrenik, zerbitzuok Estatuan ofizialki gutxiengoa diren hizkuntzen babes berezi horren zerbitzura dauden tresnak izatea.
Laburbilduz, egon badago epaiak baliogabetutako EAEko egungo hizkuntza-politika zehatzak defendatzeko oinarri juridikoa. Baina, Estatuko botere judizialean nagusi den elebakartasun mentala dela eta, nahikoa ez balitz Estatuko gutxiengoen eta hizkuntza gutxituen koofizialtasuna eta babes berezia defendatzea bide judizialetik, orduan, euskal botere legegile autonomikoaren jaun-andre txit agurgarriok, aldarrikapen eta sendotze prozesu historiko luze eta konplexu bati esker lortutako koofizialtasunaren bermatzaile zareten aldetik, eta Euskara herri honen hizkuntza den aldetik, babes berezia merezi duen hizkuntza hain zuzen, arau-paradigma aldatzearen alde egin beharko duzue, nazio txiki baina esanguratsu honen hizkuntzari lege-babes handiagoa eta hobea emateko.
(*) Eli Moral, Eba Gaminde, Iñigo Urrutia y Joseba Iñaki Sobrino.
Adhesiones/Atxikipenak: Alfonso Atela, Arantza Isasmendi, Bea Ilardia, Bego Atxa, Endika Garai, Idoia Gutierrez, Iñigo Santxo, Irantzu Perello, Jon Artatxo, Josu Garai, Joxean Lozano, Mirian Campos, Ramón Zabala, Sergey Aresti, Xabi Saiz de la Maza, Ziortza Arrien.
Buen trabajo pero largo
ResponderEliminarYa. Es largo pero se trata de un Manifiesto de "Erabakizaleak/Juristas por el Derecho a decidir" y la hemos replicado tal y como nos ha sido remitida. Lógicamente, no somos nadie para resumir o recortar dicha nota. Y, evidentemente, hemos reproducido el manifiesto en euskera y en castellano.
EliminarIM-PRESIONANTE tu otro artículo de hoy Landa en el Diario sobre Ortuzar.
ResponderEliminarhttps://www.eldiario.es/euskadi/blogs/viento-del-norte/traicion-trayectoria_132_12594364.html
Zorionak.
"Los citados (Ortuzar, Atutxa y Esteban y sus 'sagredos', 'iturrates', 'pradales', 'leixuris' y 'elixabetes') tienen tanta suerte en la vida y con tal frecuencia que creo que ya no hace falta que les votemos más. No lo necesitan. Van sobrados".
EliminarDa gusto leerte, Iñigo. Eskerrik asko eta zorionak
DEMOLEDOR
EliminarSin duda el ataque al euskera es la prueba definitiva de la necesidad de tener un estado propio que lo proteja y lo impulse.Pero también deberíamos predicar con el ejemplo en su uso y en las políticas que se implementan.
ResponderEliminar¿Despropósitos de la justicia española? Buah, imposible. ¿Odio al Euskera? tampoco.
ResponderEliminarLa situación es lo suficientemente extrema como para que Bildu y PNV trabajen juntos.
ResponderEliminarAmbos anteponen sus intereses de partido a los de Euskadi. Solo piensan en casarse con el PSOE y tocar poder.
Los dos te dicen que con el otro es imposible hacer nada.
Y los dos tienen razón de momento.
Algo pasa y no se han puesto los medios para que todos nuestros chavales de ikastola no hablen euskera en la calle. Algo pasa y es grave. Y de ahi este problema con la justicia. El euskera es un idioma secundadro y nada más y eso es muy grave. No se valora y los jueces ,menos. Pero si tenemos al frente de cultura una señora como la Vicelehendakari Ibone Bengoetxea que da más importancia al Alarde que al euskera,apaga y vámonos. Eso es lo que pasa.
ResponderEliminarCreo que aparte de los juzgados,también tenemos un problema con la inmigración,que no se escolariza.
ResponderEliminarHe oído que el Gobierno Vasco le solicitará en breve un plan sobre el Euskera a PwC.
ResponderEliminarVeremos que nos dicen gure consultores.
Las leyes se aprueban en el congreso ( y senado). Creo que a dia de hoy hay mayoría para una buena ley que ampare al euskera ante los jueces que siguen con Una Grande Y Libre. De todas formas no nos engañemos, dentro de 50 años se hablará árabe o suajili
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