ARNALDO OTEGI Y LAS VAKATAS DEL COMANDANTE MIKEL ANTZA

Anda sobrado Arnaldo Otegi, líder único y perpetúo de la izquierda soberanista, antes izquierda abertzale. Sus declaraciones en los medios de comunicación social tras el descanso estival me hacen pensar que ha descansado en alguna plácida playa caribeña, al sol que más calienta, sin cocoteros que le protegieran la sesera y sin especial compañía que le rebatiera sus lúcidas reflexiones.

Arnaldo Otegi conformó su espíritu político en aquella generación de militantes de ETA político-militar que miraban a propios y extraños por encima del hombro. Sus análisis eran los más sesudos, irrebatibles; sus estrategias, incontestables; sus ekintzas más que justificadas… Sobrados, hasta decir basta. Arrogantes que se creían (y se creen) espíritus superiores, autosuficientes, atrevidos, audaces y hasta licenciosos. Y con amigos como Antxon Alonso.

La noria de las declaraciones de la programación periodística de este final de verano ha vuelto a poner en el candelero, o más bien en el candelabro, a este personaje que conduce el tren de la izquierda soberanista del País. ¡De susto en susto! Cuentan los asiduos a las Herriko Tabernas que las bases que hace apenas unos años vitoreaban y sostenían las estrategias de ETA militar, están en plena fase de reconversión estratégica para acometer una nueva fase política (¡otra vez!) que les permita gobernar el País. Pero, es que oyendo a Otegi, ¡no ganan para sustos!

Para sustos los que se llevaron los que tuvieron que padecer a aquella izquierda abertzale de las estrategias de la “Teoría y práctica de la socialización del sufrimiento”, (1995), al tener conocimiento del actual posicionamiento de los líderes de ese segmento social que se ha replegado, comulgando con ruedas de molino, en el convencimiento de que así pisarán moquetas institucionales.

En los resúmenes de prensa que se publican esta semana podemos encontrar perlas preciosas que hablan por sí solas del estilo, formas y de los planteamientos que intenta socializar ahora Arnaldo Otegi.

En materia económica, Otegi manifiesta: “Conozco bien las cuentas de CAF (la empresa ferroviaria de Beasain) y podría prescindir del contrato con Israel”. Lo he tenido que leer varias veces. Se me han puesto los ojos como platos. ¡Esto es más propio de una letra de una chirigota de Cádiz! ¿Se imaginan a un líder de otro partido político manifestando su conocimiento de las cuentas de determinada empresa privada y manifestando su opinión sobre su cartera de valores o sobre sus prioridades de inversión? ¿A que no? Pues Otegi, va sobrado… El chico listo que se autoevalúa y evalúa a los demás con suficiencia. Intervencionismo al más puro estilo comunista.

Los ojos pasan a ponerse como omóplatos, anchos planos y de forma triangular cuando Arnaldo Otegi pasa a dar consejos a la Ertzaintza manifestándoles a los ex txapelgorris que “la autoridad se gana tratando bien a la gente”. Dice que “el problema radica en el propio comportamiento de los agentes” y “que tienen que ser una policía de cercanía”. 

Me resuenan todavía en los oídos aquellas tumultuosas manifestaciones con Otegi en el centro de la pancarta, que coreaban hasta la extenuación aquello del “ETA: mátalos”, los asesinatos a sangre fría de Ertzainas, y el cordial saludo que les dedicaban: txakurras, zipaios… Arnaldo, que bien dicho está: “la autoridad se gana tratando bien a la gente”. Debieras cantar más a menudo la canción de Xabier Lete: “...handitzen  zeranean, ikasiko dezu, ixilik egoteak zenbat balio dun…”.

Dice Otegi, que "Tenemos pendiente un debate sobre cómo hacemos para que la gente respete la autoridad..." Sencillo, hombre: siendo ciudadanos de un país libre, con criterios éticos y fundamento en las relaciones con las personas que ostentan autoridad. Para Otegi “el factor político fundamental ligado a la Ertzaintza este verano es la dimisión de la directora general de la Academia de Arkaute, Miren Dobaran. ¿Cuál es el motivo?" Pregunta sin respuesta.

Harían bien en responder la propia aludida o el consejero del Departamento de Seguridad, Bingen Zupiria, amigo de Ortuzar y Pradales, porque está hablando, nada más y nada menos del “factor político fundamental ligado a la Ertzaintza". ¿Preguntará el Grupo Parlamentario de Otegi, en la Cámara vasca? A ver... a ver...

No me extraña que en la prensa publiquen repetidamente la foto de Arnaldo Otegi con un vaso de agua en la mano. Con esta temperatura política se tiene que hidratar, no sea que le dé un golpe de calor, que está ya no es un txabalin. Mientras tanto se puede leer en el periódico del mismo día que Mikel Albisu, “Mikel Antza”, el dirigente de ETA que más tiempo estuvo al frente de la dirección de la organización (desde 1993 hasta que fue detenido en 2004), está de vacaciones en Mallorca y ha pedido dispensa para no acudir a una cita judicial. Eso sin cotizar a la Seguridad Social, y sin que conste oficio ni beneficio. ¡Éste sí que sabe!

No me digan que el guionista de los Hermanos Marx haría su agosto si se pasara unos días por Euzkadi. Y si, además se fuera a Cádiz a comentarle a Ortuzar lo que opina sobre el despido del CEO de Nestlé por echarse una novia en la Compañía, todo ello, mientras Mireia le hidrata la calva a nuestro Obélix particular. Ahí tendríamos la película del año.

Otegi sabe las cuentas de CAF, el comandante Mikel Antza de vacaciones en Mallorca, y Ortuzar en Cádiz con Mireia.

¡Qué País, Sabino!