LAS “MALAS ARTES” DE UN PRESIDENTE QUE NO SABE INTEGRAR SINO SOLO DESINTEGRAR

Alberto Surio fue Director General de EiTB con Patxi López. Andoni Ortuzar lo fue con el Lehendakari Ibarretxe. Para no tener problemas sindicales, Ortuzar, les dio todo el poder y para rematar su responsabilidad le puso al frente a un peso pluma: Andoni Aldekoa.

Resultado: Ahí tenemos una EiTB que cada vez ve menos gente, pero que a Surio le debe gustar pues en un acrítico análisis hecho este  pasado domingo, 12 de enero, en El Diario Vasco. Y nos lo presenta como la síntesis más genuina y acabada del buen jelkide. la síntesis máxima del PNV, cogiendo por las ramas lo dicho por ese historiador a la violeta que un día de tragos debió decir que “es el ADN vivo y personificado del PNV histórico”. ¡Vaya ADN que irrespeta a sus mayores un día sí y otro también! 

Pero es que el domingo anterior (5 de enero) Alberto Surio, también en El Diario Vasco, escribió un trabajo titulado “Ortuzar medita si ir a la reelección por última vez”. Debería saber Surio (que es ya mayorcito) que Ortuzar no puede ir a la reelección si no le levantan en Asamblea la incompatibilidad y que ésta es una de las madres del cordero de lo que le está pasando al PNV. Cargos que se eternizan como Ortuzar, Aurrekoetexea y Esteban, cargos que teniendo todos ellos 62 años le dicen al Lehendakari Urkullu que su tiempo ha pasado pero no el de ellos, que tienen la misma edad. Nos dijo Surio que Ortuzar se siente como en una silla eléctrica, de baja intensidad, aunque dice que recibe descargas cada media hora sin mover un músculo de la cara.

Al parecer, no le vio Surio en Sukarrieta cuando dijo que los veteranos había que mandarlos como a los viejos caballos a pastar al Gorbea o al cementerio, o en aquella entrevista tan “agradable” donde les pidió estar callados pues, al estar cerca del viaje al Valle de Josfat, es mejor que preparen sus almas a que incordien con preguntas y debates. 

En la hagiografía de Ortuzar, Surio nos dice que el de Sanfuentes tiene piel de elefante para aguantar  y resistir esos calambrazos sin acordarse para nada de la fiel infantería que sabe de calambrazos, de malas respuestas y, sobre todo, de desprecios y de la nula capacidad de integración que exhibe Andoni con demasiada frecuencia. Y, sobre todo, deberemos reconocer que tiene una gran capacidad para mentir y no sonrojarse: Dijo que primero era la Reflexión sobre el tipo de Partido, luego sería abordar la Organización ,y al final elegir a las personas para llevar todo esto a efecto. Pues no. En el Alderdi Eguna cambió todo sin titubear y sin que los Surios de turno le dijeran nada. Así, puso la elección de las personas como requisito inicial para controlar todo el proceso, unas elecciones por cierto amañadas donde te dicen que no hay planchas y curiosamente  solo salen los elegidos por el aparato. 

Todo es, pues, una gran mentira apoyada por un periodismo acrítico y poco profesional. 

El periodista de El Diario Vasco lo plantea todo en clave de dilema: Si se va, deja huérfano al Partido (que mayoritariamente es lo que quiere) y, si se queda, es porque se puede sospechar que toda la operación de “renovación” era un paripé impostado. 

De tal manera, El Diario Vasco nos da la primicia que la gran noticia de que si se queda o si se va la dirá el día de La tamborrada en la sidrería Zelaia de Hernani (ya están los periodistas haciendo  guardia) y que no va a soltar prenda. Y para más busilis nos dice que influirán en su decisión sus sondeos en un 50%. De hecho el bachiller Ansola le ha pedido por favor que siga. 

Nos dice Surio que hay una falta de relevo. ¡Claro!, máxime cuando no hay un sistema interno de elección que lo permita con ciertas garantías. Es como si el nicaragüense Ortega dijera una boutade como esa. En lo único que acierta es en decir que en Aitor Esteban no hay relevo generacional: Tiene sus mismos 62 años, aunque hay 62 años más frescos que otros. 

Pero lo chistoso de la reflexión de Surio, ex Director general de EiTB como Ortuzar, es cuando nos dice que hay un sector ligado a la “vieja guardia jeltzale” que se ha movido, según cree, “con malas artes”. Y lo dice él porque esa no tan “vieja guardia” presentó candidatura en Araba y en Bizkaia, algo que no esperaban ni Surio, ni Ortuzar

Al parecer, la democracia para Surio no es el debate, una elección sin planchas desde Sabin Etxea, un Deia y un Grupo Noticias que no haga campaña por Ansola, Jone Berriozabal, o María Eugenia Arrizabalaga. Curioso concepto de democracia.

Si es verdad que acierta el periodista cuando describe el cabreo de esa “vieja guardia”  en los reproches a Ortuzar y al aparato, “al que acusan de socavar la libertad interna de los afiliados, agotar la vida de los batzokis y confiar la discusión estratégica en una serie de gurús que no han acertado aun en descifrar cuáles son las razones reales de la caída electoral” .  

Según este criterio, al PNV le empieza a faltar sustancia porque se ha convertido en un partido de cuadros como los demás, está maniatado por sus pactos con la izquierda en Madrid, tiene complejo de exhibir su perfil socialcristiano frente a una marca de EH-Bildu que ha logrado imponer socialmente su relato en esas clases medias que durante años fueron muy recelosas ante la Izquierda Abertzale. Hasta, incluso, se muestran distantes del último discurso del Lehendakari Pradales que ve más como una colección de nuevas intenciones que como un discurso con garra y relato político que marque el liderazgo político. 

Y seguía Surio con sus idas y venidas en relación a un Ortuzar que nos dice se lleva bien con Sánchez, cuando a Sánchez solo le importa de Ortuzar sus cinco votos y elucubra sobre si seguirá o no. 

Pues bien. Las “malas artes” en política es su nepotismo, endogamia, amiguismo, abuso de poder, actuar flagrantemente en contra de los Estatutos del Partido, esconder el censo, las actas, los resultados de un proceso electoral interno, mentir con descaro, cerrar los batzokis, controlar el Partido y cerrarlo a cal y canto (y hacerlo con cargos públicos en nómina), ser bipolar hasta la médula, llevar una vida de marqués a cuenta del sistema, despreciar a quien no comparte su criterio, convertir el Partido en una secta…. Y ser incapaz, porque en realidad no es un político, sino algo parecido a un macarra político, que no saber integrar a nadie, ni hablar con nadie que no sea de su chiringuito. 

“Malas Artes” es también filtrar noticias a los Medios no afines, ocultándola a las y los afiliados y, sobre todo, dar la puntilla a DEIA.

En realidad, “Vieja Guardia” es la generación de jóvenes de EGI de los años ochenta del siglo pasado, sesentones entrados en años, con más de 30 años en nóminas públicas, aferrados al poder como lapas (recurriendo para ello a todo tipo de artimañas), con la nómina como ideología y el juego sucio como táctica. 

Ya queda menos para que se produzca La Anunciación. Lo tienen en ustedes en el calendario de la parte superior derecha de este Blog. Pues nada, tratan a la militancia como a idiotas y ya ni lo disimulan.

¿Es ése el ADN del PNV? ¿En serio?