LA ANTICERCANÍA

 

Leía ayer unas declaraciones de Robert Redford sobre la libertad de expresión que decía que la “actual tendencia política tiende a dejar el poder en manos de una minoría para el beneficio de una minoría”. Lo leí, me rasqué la cabeza y pensé que mi amigo Robert o me lee (soy de Bilbao-Centro), o que acaba de estar en Euzkadi, o que el tipo las coge al vuelo porque es una foto precisa de lo que estamos viviendo en este momento.

Y éste picapedrero sigue denunciando a un Andoni Ortuzar que está preparando su próxima intervención en Zarautz para dar inicio a la temporada política en la que nos pedirá una presencia masiva en un Alderdi Eguna en el que nos disertará sobre su viaje a Chicago (pese a que no estuvo ni a 900 metros de Kamala Harris), y nos intentará transmitir su emoción ante el entusiasmo hacia Kamala y sobre la necesaria unidad que ha visto allí, así como la imprescindible que se necesita por aquí (por el Partido) ante los dos meses que les esperan: Allí en su lucha contra Trump y, aquí, contra los roedores internos y externos.

Nada que no sepamos pero que ya no convencen a casi nadie. No dejará de hablar de la Asamblea General jugando con el concepto de unas elecciones anticipadas en Madrid (algo que descartó en público y explícitamente el pasado 31 de julio en el acto de San Ignacio celebrado en los bilbaínos Jardines de Albia) para sumergir los análisis y cambios que tiene que hacer el PNV "al baño maría”  para que, con el auxilio del mago Tor, sacar un conejito de su ajada chistera. Un acto que aplaudirá el Gurú de Ataun desde su silla colocada junto a la del colocador Mediavilla en primera fila, y, detrás, para los aplaudidores del acto y donde tampoco faltará el acomodador de Vips, Sr. Iturrate, máxima personificación de lo que es una impresentable designación digital y sin anestesia. 

Dolió mucho a los políticos instalados en el sistema aquel concepto podemita de la “casta política”. Analizando ahora los currículos de los nombramientos del Gobierno Vasco, se puede hablar, además de “trapecistas institucionales”, auténticos acróbatas que saltan de puesto en puesto, como en el trapecio, pero eso sí, siempre con red debajo, no se nos vayan a abrir la crisma. La red Ortuzar. El que fuera presidente del Senado, el socialista Javier Rojo, también hablaba sobre esto como el carrusel de una feria. Decía que ahí andaba la gente subida en un tiovivo en el que, de repente, ya no sabían si estaban montados en los caballitos, en las cadenas, o dando al botón de la sirena y a la campana en el coche de bomberos. Era igual: No se bajaban del carrusel y ahí seguían dando vueltas y más vueltas.

Y reaparece el Lehendakari Pradales tras un mes en paradero desconocido, descansando de todo el estrés, "escuatro" o "escinco" tras el gran esfuerzo de la sesión de investidura. Y nos anuncia una reunión con UGT para establecer las bases de la “paz social”, dicen que alterada en ellos últimos años de Urkullu. Y es que, ya, solo les falta decir que ha sido por culpa del Lehendakari Iñigo Urkullu. Habría que ser impresentables para hacer ese tipo de aseveraciones pero, no les quepa la menor duda que, si es menester, lo harán. No es baladí el señalar que es ELA quien tiene como eje estratégico la confrontación con las instituciones, incluso teniendo entre sus filas sindicales a gentes como Andoni Ortuzar, que se jacta de ser afiliado a ese sindicato que tiene como misiones principales atacar al Gobierno Vasco y al propio PNV. Un poco de coherencia no estaría de más, pero, como dice un buen amigo mío, donde no hay mata, no hay patata.

El Boletín Oficial del País Vasco ya ha comenzado la frenética secuencia de nombramientos de asesores en pleno ferroagosto, con estivalidad, y como si los mismos partidos que lo hacían no siguieran gobernando. Son nombramientos al margen de los tópicos: ni Egikides, ni del PNV de toda la vida, ni, mayormente, de los adscritos a los tentáculos de Joseba Aurrekoetxea, Joseba Egibar, o a los de José Antonio Suso (ya bien acomodado como asesor en el Grupo Parlamentario de Gasteiz con sueldo de parlamentario). Se trata de personal eventual, directivos de lujo al servicio de cada consejera o consejero, fuera de Convenio, sin horarios ni responsabilidades orgánicas, con sueldos de altos cargos, y con prebendas asimilables a los mismos. Y, al ser nombramientos de responsabilidad del titular de cada cartera, pues no se creen responsables de lo que hagan o de lo que no hagan. De hecho, sus nombramientos son Ordenes, no Decretos. Un gobierno del PNV sin gentes del PNV. Vamos... La perfección.

Y es que la afiliación queda para los mítines y los aplausos incondicionales mientras los tengan. Ya verán qué risas hacemos cuando digan que Aitor Esteban pueda ser el candidato de alcoba designado para presidir un "nuevo y regenerado" Euzkadi Buru Batzar de EAJ-PNV. Sí... Háganme caso: Cuando el río suena, tractor lleva. Al tiempo.

Por otra parte, este próximo encuentro del viernes, 30 de los corrientes, en Zarautz protagonizado por Andoni Ortuzar debería ser el anuncio de su despedida, entre otras razones porque no puede optar a un cuarto mandato. Pero no solo de él, sino que debería ser secundado por Atutxa, Egibar y Suso. Deberían hacerse un harakiri elegante, en un sitio tan elegante como lo es, nada menos, El Malecón zarauztarra. Con las mismas consecuencias que tuvo el de aquellos procuradores de las Cortes Orgánicas del llamado Bunker, que aplaudían para el advenimiento de una democracia demediada, pero democracia a fin de cuentas.

Si no lo hacen, el PNV irá perdiendo gas, mucho gas, más gas, y ya no solo por los resultados electorales (que también) sino porque la gente está desinflada y, como diría el mismísimo Esteban, está hasta la higa, harta de la absoluta falta de trabajo, de una gobernanza sectaria, de la total ausencia de ejemplaridad, y porque ya no aguanta más una serie de conductas personales, tan reprobables y criticables, que rompen la ejemplar trayectoria de un Partido con 130 años de historia.

Pero, a pesar de ello, Ortuzar nos dirá que la cadena no se rompe aunque nadie sepa de qué cadena habla. Y todos los aplaudidores a aplaudir. Igual ya va siendo hora de ir a silbar, no por falta de respeto, sino como una manifestación de crítica interna de la que tanto adolece el Partido Nacionalista Vasco. Y esto se lo dice un expedientado por opinar al que le sometieron a esos Tribunales internos que componen quiénes deciden los que mandan en el latifundio y que, en teoría, deberían ser "neutrales y objetivos". Pero la realidad es otra: Son, más o menos, tan neutrales como la Corte Suprema de Maduro en Venezuela... La que preside su prima.

El relativo éxito de este Blog es que se denuncian conductas impropias, se cuentan verdades, tal y como se ven y se oyen, y la prueba está en los que escriben y añaden su nombre y apellido. Lo hizo nada menos que Iñigo Agirre, con todas sus letras, su apoyo y ánimo.

También lo ha hecho otra ex-alderidikide como Idoia Allende. Y lo ha hecho en dos ocasiones: La primera fue tras un post comentando esas fotos indeseables de mutua txupibanda del Mirlitón, que hacen un daño tremendo al Partido que sigo vinculado porque no abdico de mi perfil anarko-jelkidista. Fotos de clan, de cuadri, de club de fans, sin ningún mensaje político salvo el de la arrogancia. Siempre unas fotos forzadas con unas risas más forzadas que las de un anuncio de un dentífrico o el de una cínica de blanqueamiento dental. Pero, con la que tenemos encima, jamás he llegado a entender de qué coño, o de qué cojones (o de qué lo que sea) se ríen ¿Qué les hace tanta gracia? Quizá le produzca alborozo su extracto bancario a final de mes (que pagamos todas, todos y todes) porque, lo más curioso es que, entre ellas, ellos y elles se ponen a parir cuando abandonan el rebaño fotográfico.

Idoia Allende me escribía: “Quieren dar una imagen de gente normal, amigos bien avenidos, de grupo, de piña. Y lo que dan es una imagen de selecto club privado en el que se cambian cromos entre ellos y donde para entrar hay que tener buenos avales para formar parte de él. Un selecto grupo con las mismas caras en diferentes lugares. La anti-cercanía”. Eso es lo que logran. 

Me pareció muy acertado el término “anticercanía” hasta el punto de titular así este artículo. 

Posteriormente, en la segunda ocasión, me escribió este comentario: “¡Qué gran político Iñigo Agirre Kerexeta! No me extraña que sus ánimos te den fuerza y energía para seguir diciendo las verdades como puños que expones. Muchos jeltzales (algunos aún con carnet y otras, como yo, no mientras esto no cambie) opinamos exactamente como tú. Así que, como Iñigo Agirre, yo, modestamente, también te animo pese a la que te está cayendo. El otro día oía una conversación en el batzoki de Tendería (Bilbo-Zaharra) en la que te citaban y, menos guapo, te estaban llamando de todo en un tono entre rabia y enfado. Buena señal. Tú, a lo tuyo!!!!! Aurrera!!!!!”. 

Bueno, ya ven… Dos fotos de situación que le agradezco a Idoia y que me animan a seguir tratando de destapar tapas de pucheros que,  hasta ahora, estaban herméticamente cerrados. seguiré abriendo esas tapas con datos cotejados y comprobables... Como siempre. 

Y no se olviden de la palabra resumen de esas fotos tan risueñas como perjudiciales con las que nos obsequian desde sus mas que deficientes redes sociales: La anticercanía. Y es igual que esas fotos de anuncios de Oral-B se las saquen en la entrada de San Mamés antes de separarse del populacho para ir al Palco o a Ibaigane, en la Final de Copa en la Fan Zona de Sevilla del Athletic Club, en la barra de Gogorregi, en el txupin de Aste Nagusia desde el Arriaga, en los autos de choque, en Sanfermines… o en donde les de la gana.

Sobre la txupifoto del Arriaga (en el mismo momento que la comunidad venezolana y vasco-venezolana se concentraba por la Libertad en la plaza Elíptica), ya hablaremos mañana. No auguren nada bueno porque, sencillamente, no hay nada bueno en esa cobarde postura de "la higa" afín a ese PSOE manipulado por el filo-bolivariano (y afín al dictador Maduro), presidente Rodríguez Zapatero, por cierto, en paradero desconocido desde el fraude electoral en Venezuela.