SABINO SE QUEDÓ DE PIEDRA EL 31 DE JULIO

Aquí donde me ven tengo que decir que me quedé con las ganas de asistir al homenaje que en el hotel Ercilla de Bilbao le organizaron sus seguidores al torero Enrique Ponce en su temporada de despedida el pasado 24 de julio. Fue un día de bochorno y lo hicieron en la terraza con asistencia nada menos que del empresario taurino Oscar Chopera, aunque, por lo que me dijeron, sin ningún cargo vistoso del PNV, salvo Antón Taramona, barbudo salsero y colegui  del "Atutxato". Y todos se lo pasaron muy bien. Algunos llegaron a pensar que Taramona era un espía del Kremlin  que se había colado en semejante celebración al verle llegar con su corbata y su barba de gran eslavo y es que el hombre, que personalmente me cae bien, es un artista del arrumako pues, una semana  después, el 31 de julio estuvo en la Plaza Albia y se sacó una foto con Ortuzar. Debe estar en edad de merecer o le gustan mucho los percebes.

Yo no fui porque no me invitaron. Si lo hubieran hecho les habría preguntado para cuando van a organizar un homenaje a los toros matarifados por el siniestro diestro, aunque quedé tranquilo pues tantas horas con la pancarta antitaurina en las manos da sus frutos. La prueba está en que si no había mucho jelkide quiere decir que, pese a reírse mucho de los antitaurinos en el pasado, se han dado cuenta que, hoy en día, una foto con semejante tribu no les debe convenir nada. Es un poco lo que me dicen algunos sobre estos punzantes (y tan dulces) comentarios míos que los leen cuatro gatos, aunque sean 37.000 los mínimos que los lean. En efecto, la Asociación gatuna (o el “sindicato de cabreados” que diría Iñaki Iriondo en sus líneas del Diario GARA) está un poco harta de que no le cuenten nada. Yo, por lo menos, les cuento alguna que otra cosa de interés y con alguna marcha.

Donde sí fui fue los Jardines de Albia el pasado 31 de julio,129 aniversario de la fundación del PNV por el venerable Sabino Arana que, como nos contaba el azpeitiarra Padre Jesús Uria en la misa de castigados de los domingos, hubiera sacado de la Plaza a más de uno, como Cristo sacó a los mercaderes del Templo. Y lo hice por tres motivos: En primer lugar, por ser un acto de convocatoria pública y en espacio público. En segundo lugar, porque celebrar el cumpleaños del EAJ-PNV no significa en absoluto aplaudir a sus -aún- atornillados líderes. En tercer lugar, porque, una dirección de turno te puede desposeer (por ahora) de un carnet de EAJ-PNV pero nadie le puede quitar a uno el inexistente “carnet” de jeltzale porque, para eso, me tendrían que quitar la cabeza y el corazón. Así que allí me planté, a pesar del riesgo de ser acribillado por miradas de esas que matan… no de las que te rozan la oreja.

Y digo lo del riesgo pues hacía unos días me crucé en la calle Particular de Indautxu con el animador cultural del Euskalduna, el amigo Iturrate, que habiéndome visto de lejos y seguramente haber dicho para sus adentros eso de "tierra, trágame”, y no pudiendo cambiar de acera (de la calle), pasó a mi lado simulando hablar por el móvil y viendo escaparates. Un contorsionismo político que ni la ganadora de las Olimpiadas, aunque, sin meterme en estilos, le sugeriría una talla más. Lo digo porque con 34 grados, a aquélla camisa y aquella chaqueta parecían saltarles los botones. Yo, cortésmente le dije "Agur Iturrate", pero, claro, de repente tuvo una llamada. Igual le tenía que haber dicho Zorionak”, pero le hubiese descolocado del todo.

Un amigo me dijo que tuviera cuidado pues este tipo de animadores culturales son muy agresivos en grupo, no de forma solitaria, y que no me dijo nada porque iba solo. Por eso el pasado miércoles 31 tomé mis precauciones y anduve por los aledaños de la Plaza observando los movimientos de la tropa y personal ya que valía la pena observarlos como cuando ves un video de Rodríguez de la Fuente y los apareamientos de las aves. Seguramente para algunos será el último que acudan con derecho a silla en primera fila y a ser acomodados por Iturrate, que allí sí que estaba de lo más simpático. Y es que el hombre se hace querer, pero solo por los suyos.

Ese mismo día en Mutriku hubo otro acto parecido instaurado en tiempos en los que Jabier Arzalluz estaba cabreado y en la plaza solía soltar su soflama junto a Joseba Egibar. En esta ocasión, Egibar  estaba en  los Jardines de Albia  en plan oficial y quien acudió a Mutriku fue Markel Olano con dos txistularis y,  ante unas cuarenta personas soltó un  soso y sin vida discurso que durmió a las ovejas. Olano, el fiel escudero de Egibar no entusiasma ni a Evaristo de Churruca que le observaba pétreamente  desde su escultura como hizo Sabino tras escucharle a Ortuzar  en los Jardines de Albia prometer Asamblea General a go-gó pues dijo tener el sabor agridulce de la derrota y que quería quitárselo. Eso se quita con una buena percebada en Zierbena, querido Andoni, pero fundamentalmente dimitiendo o no presentándote a la reelección.

Y digo que Sabino se quedó de piedra pues con todo su rostro, que no es blando, dijo Andoni que el EBB aprovechará el Alderdi Eguna del 29 de septiembre para activar un proceso de seis meses con una "apuesta a punto exigente y sincera". Lo dijo como el gran anuncio del día. Y todas y todos aplaudieron.

Vas un poco lento Andoni ya que las elecciones fueron en abril, pero si lo que vas a plantear va a ser algo exigente y sincero, no está mal. En el fondo amado líder, querido maisu, estás reconociendo que todo lo anterior, incluyendo las escuchas selectivas, las profecías del Gurú de Ataun, y tus discursos no han sido ni exigentes ni sinceros. Pero siempre es bueno apelar al propósito de la enmienda, aunque no anunciaste tu retirada tras doce años de pedaleo y con una Bizkaia ya en Segunda División. ¡Cagüen! Y me preocupa porque dijiste, y te oí, porque el sonido este año sí era bueno (por qué no reconocerlo), que hay que elegir "a las personas más adecuadas” y seguramente estabas pensando en ti, en Mireia, Itxaso, Koldo, Aurre, Barandi, Sacristán, y hasta Janire, es decir Jane Eyre Urkieta, burukide y controladora de zona que te saluda dependiendo de  cómo estén tus acciones. A mi desde luego ya no me saluda y he decir que estoy desolado. Como acabamos de decir, la buena señora funciona revisando previamente como están tus acciones en el Wall Street de Sabin Etxea. Sabe muy bien que si la Sra. Atutxa no te mira es porque estás más desahuciado que un caracolillo con un cangrejo ermitaño a medio metro a lo que  si le sumamos que la doña en cuestión es un poco torpe y carece del mínimo sentido de la institucionalidad, date por anulada o anulado in sæcula sæculorum.

No sé si queriendo alegrar el día, nuestro querido Andoni, nos habló del "poder de los batzokis", muertos y sin enterrar, cerrados y coordinados por una estructura que les ha dado la puntilla torera gracias a una empresa donde, ¡oh sorpresa! también está una persona más que cercana a él, amén de que a los no afectos jamás se les llama para nada. Imagínense lo que podríamos hacer conjuntamente si me dejasen dar charlas y hablar de la Fiesta Nacional española y de las bondades de la cerveza en conferencias dadas por mí y por mi pen drive. Estate seguro, Andoni, que llenaba las salas. Esto para que veas que también se puede hacer humor más allá del manido chiste del balde de leche de la Amama.

Me dio pena no haber podido saludar y felicitar a Koldo Mediavilla por el trabajo que le ha conseguido a su yerno, Aitor Arregui, en el Grupo Parlamentario Vasco de Gasteiz. Un buen chico, de la famiglia, y marido de su hija, la periodista más ágil que la trapecista del circo que viene en la Aste Nagusia (y más que Aburto bailando el aurresku)  ya que con apellido tan sonoro  salta  de Lehendakaritza a Osakidetza ,en piruetas  muy logradas con red familiar, que para eso el aita es hombre de peso en Sabin. Fue una pena no haberme acercado.

También le hubiera preguntado al bueno de Andoni si sigue jugando a pala con Juanjo Baños y si su primo Xabier Sagredo, el presidente de la BBK, cobra el millón de euros o algo más y si le invita a percebes ,le cuenta cosas de la casa o  hace algo más que algún día diremos.

Me tuve que conformar con ir al bar  (de los pocos abiertos ese día) con mi fiel guardaespaldas y con la sorpresa de que allí, el compañero sentimental de un admirado mío me dijo que yo era un estúpido, eso sí, casi susurrando, por lo que me quedé tranquilo, pues todo el mundo tiene derecho al desahogo y pensé que, siguiendo el consejo que me dieron, había acertado no centrándome mucho en los jardines donde estaba como una estatua el bueno del Maestro Sabino que se había quedado de piedra ante el discurso de freno de mano y continuidad  del líder de San Fuentes.