PRADALES NO SE PARECE EN NADA AL LEHENDAKARI AGUIRRE EN SU RESPETO A LOS GUDARIS

Me cuesta llamarle Lehendakari a Pradales. Y sé que  lo es, pero no le veo puesto el traje de Lehendakari y no porque no use corbata haciéndose el guay, ni porque de forma impropia se disfrace indebidamente de superhéroe de Marvel en carnaval, sino por su día a día. Ser Lehendakari no es solo dirigir una charla con un PowerPoint, o estar asesorado por gentes con muchos masters a los que les  falta el principal, el del PNV y el de la vida. 

Y sangro por la herida. Pradales no es de familia nacionalista como muchas familias en Euzkadi. Y eso no es reprochable. Si lo es que use el apelativo de Lehendakari y no sepa el ABC de que su representación supera a la de cualquier presidente. Patxi López fue presidente del Gobierno Vasco, pero para mí no fue un Lehendakari representativo de este País. El apelativo le caía muy grande. En cuanto terminó su mandato se fue a Madrid a hacer política española y ahí está tan feliz. Y eso no es propio de un líder vasco. 

Pradales va por el mismo camino. Y lo digo con pesar pues teniendo a 18 asesores de  imagen, perfumes, fotógrafos, redactores de discursos y demás, no tuvo el menor gesto humano tras el fallecimiento el fin de semana  de Miguel Arroyo, el último de los últimos, de los últimos Gudaris (en este caso de la Brigada Vasca).

No tuvo el menor gesto ni la menor apelación. Pradales no sabe que el Lehendakari Aguirre fue el jefe del Ejército vasco, un Ejército que jamás vamos a volver a tener, y que para él, aquella entrega de 50.000 jóvenes era sagrada. Pero para Pradales no. Ni una esquela, ni un artículo, ni un contacto con la familia... nada de nada. Esto no es propio de un sucesor del Lehendakari Aguirre cuando luego te enteras de que anduvo por Portu disfrazado de Iron Man. Increíble, pero cierto. 

Me parece muy grave. Para mi pues, mientras no lo demuestre, no es el Lehendakari  de Euzkadi sino el presidente del Gobierno Gasco. Sin más. 

PERO NO SOLO ESO. 

Mientras en Londres se reunían los jefes de Estado y de Gobierno de los países democráticos, y pensaban qué hacer ante el bochornoso espectáculo de matón de Donald Trump. Él,  como en sus largos fines de semana socializa su tiempo por bares y tascas de Portu, muchas veces con su hija, que eso está muy bien, pero casi siempre con amigos de cuadri como reflejo de un estilo pueblerino del  formato  del que fuera primer ministro inglés Boris Johnson, conservador hasta las cejas, superficial empedernido, con una corte de pelotas tras él,  y elitista de gustos exquisitos. Es lo que me parece. Y no me gusta para un Lehendakari. Si para mí, que soy de andar en cuadrilla. Pero yo no soy el Lehendakari, como es público y notorio. 

Por eso hago mío el pensamiento de ayer de Caústico que decía así: 

“Mientras los líderes de la UE y otros políticos importantes sé reunían en Londres para situar a Europa frente al yanki hitleriano, el Lehendakari se disfrazaba con los amigos, a lo cual tiene perfecto derecho a nivel personal. Pero creo que ni era el mejor día para hacer el gamba ni sería decente que presuma luego de pintar algo en Europa. A mí personalmente me causa vergüenza ajena.” 

Y ante esta política internacional que, al parecer, a Pradales le importa poco, ha designado a un súper ministro de a asuntos exteriores (o eso es lo que él se cree), de los que da empujones para salir en el medio de la foto, no en una esquina, siendo solo viceconsejero, con obligación de conciliación familiar a siete mil kilómetros de distancia (Mikel Jauregi lo hace a mil), y con muy malos modos. 

Reproduzco lo que el domingo nos contó un sufridor de los excesos de este ministrillo Ander Caballero al que le gusta, además, fardar de sus encuentros pero que tiene al personal de exteriores de la época de  Urkullu absolutamente maltratado, cabreado y deseando se vaya cuanto antes. Dice así: 

“El pijito Caballero no parece tener tiempo para nadie y él y sus mamporreros, todo tíos efectivamente, nos dejaron tirados a todos los que fuimos a la reunión que convocaron en la Euskal Etxea de Madrid. 

Como si fuéramos súbditos y populacho al que puedes dar el plantón. 

Preguntas en la Euskal Etxea de Madrid lo sucedido con el señor Caballero y su comité de arrogantes Euskayetanos y como dejaron tirados a todos los allí presentes. Vaya cultura está instaurando el Pradales y sus boys.” 

Ya ven por qué me está defraudando Pradales. Yo lo digo, otros callan, pero llenan día a día y gota a gota el vaso. Cuando desborde algunos se llevarán las manos a la cabeza sin entender nada. Nada que ver con la sensibilidad de Aguirre, nada que ver con la buena elección de sus colaboradores, nada que ver cómo tiene que ser un Lehendakari jeltzale. Éste es lo más parecido a Patxi López. 

Lamentable. No sé cómo se puede liderar un País con estos criterios de cuadrilla de Portu y, para colmo, con el asesoramiento del Gurú de Ataun, Y así vamos.